Las misiones organizadas por Chávez no serán sustentables si el precio del petróleo baja, pues la crisis económica cada vez es mayor
A un mes de la muerte del presidente de Venezuela Hugo Chávez y con el proceso de elección en ciernes, más de un millón de votos pasaron a la oposición y se registró un alto nivel de abstencionismo en las filas del chavismo, aunque en el ámbito de los medios se dio una exaltación de la figura del líder.
A un mes de la muerte del presidente de Venezuela Hugo Chávez y con el proceso de elección en ciernes, más de un millón de votos pasaron a la oposición y se registró un alto nivel de abstencionismo en las filas del chavismo, aunque en el ámbito de los medios se dio una exaltación de la figura del líder.
Para Venezuela existe una fuerte disyuntiva entre la imagen del santo Chávez, la emergencia de los sectores populares que reivindican la necesidad de una democracia participativa y protagónica que mantenga los programas de gobiernos en favor de las masas desfavorecidas y la presión de una economía que no se sabe si pueda soportar esos programas gubernamentales.
Así lo expuso la doctora Mireya Lozada, coordinadora Magister en Psicología Social de la Universidad Central de Venezuela, durante su participación en la VII Semana Internacional de Psicología Social, organizada en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En su análisis, la académica advirtió que a pesar de que la gente reconoce sus derechos a la patria, al espacio público; no reconocen los derechos ciudadanos, es decir, ese populismo no está traducido en acciones más políticas.
Así lo expuso la doctora Mireya Lozada, coordinadora Magister en Psicología Social de la Universidad Central de Venezuela, durante su participación en la VII Semana Internacional de Psicología Social, organizada en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En su análisis, la académica advirtió que a pesar de que la gente reconoce sus derechos a la patria, al espacio público; no reconocen los derechos ciudadanos, es decir, ese populismo no está traducido en acciones más políticas.
En tanto, dijo, qué vamos a hacer para sostener ese populismo con un enfoque rentista y la ausencia de reformas estructurales que generaron una crisis social, política y económica.
Comentó que la gran cantidad de misiones que organizó el presidente no son viables si el precio del petróleo baja, pues la crisis económica cada vez es mayor y entonces la propuesta no será sustentable. Sin embargo, lo fundamental es que la gente salió a las calles y asumieron que les toca construir un país, su incorporación como sujetos sociales es irreversible.
Al dictar la conferencia magistral Pueblo, poder y petróleo: la adivinación de Hugo Chávez, explicó que desde una perspectiva psicopolítica y sociocultural, se reconoce que el líder Chávez se asume heroicamente en la tierra, con un rol redentor, para eliminar las injusticias del pasado, sanar una economía corrupta e ineficiente, procurar el bien para los pobres y establecer el orden y autoridad de la nación.
Esta lucha por el reconocimiento y su traducción en innumerables programas sociales –30 denominados misiones en favor de los pobres–, se ha soportado gracias a un altísimo incremento de los precios del petróleo durante más de 10 años y viene a consolidar la fase redentora del populismo.
Desde la perspectiva psicopolítica y sociocultural destaca el rol de las creencias e identidades sociales en contextos históricos de aguda polarización y efervescencia ideológica, donde se escenifican conflictos de intereses y luchas por el poder, y las masas construyen dioses y religiones profanas.
El líder, carismático caudillo-militar, de reconocidas habilidades comunicativas, además de ofrecerle visibilidad y reconocimiento como sujeto social, le brinda protección desde un gobierno centralista y autoritario sostenido en un rico y poderoso Estado petrolero.
Advirtió que esta lógica identitaria sustentada en un discurso religioso en un contexto polarizado donde el Otro, el adversario político es considerado enemigo, tiene en Venezuela un importante asidero: la fuerte implicación emocional e identificación con Hugo Chávez; líder y pueblo unidos en una lucha común por el reconocimiento, en la búsqueda de inclusión de masas desfavorecidas económica, social, cultural y políticamente durante décadas.
Este llamado Populismo radical asociado a la glorificación discursiva del pueblo y a la convocatoria a su participación política, propone transformar la desprestigiada, excluyente y represiva democracia representativa en una democracia participativa y protagónica.
Por otra parte, indicó, “constatamos el imaginario redentor de las tres divinas personas que continúa reconstruyendo y reforzando el poder en Venezuela: Virgen de Coromoto, Bolívar y Pérez Jiménez, en el ideario nacional de los tiempos de la dictadura; el de Cristo, Bolívar y Chávez en tiempos de la Revolución Bolivariana”.
Al dictar la conferencia magistral Pueblo, poder y petróleo: la adivinación de Hugo Chávez, explicó que desde una perspectiva psicopolítica y sociocultural, se reconoce que el líder Chávez se asume heroicamente en la tierra, con un rol redentor, para eliminar las injusticias del pasado, sanar una economía corrupta e ineficiente, procurar el bien para los pobres y establecer el orden y autoridad de la nación.
Esta lucha por el reconocimiento y su traducción en innumerables programas sociales –30 denominados misiones en favor de los pobres–, se ha soportado gracias a un altísimo incremento de los precios del petróleo durante más de 10 años y viene a consolidar la fase redentora del populismo.
Desde la perspectiva psicopolítica y sociocultural destaca el rol de las creencias e identidades sociales en contextos históricos de aguda polarización y efervescencia ideológica, donde se escenifican conflictos de intereses y luchas por el poder, y las masas construyen dioses y religiones profanas.
El líder, carismático caudillo-militar, de reconocidas habilidades comunicativas, además de ofrecerle visibilidad y reconocimiento como sujeto social, le brinda protección desde un gobierno centralista y autoritario sostenido en un rico y poderoso Estado petrolero.
Advirtió que esta lógica identitaria sustentada en un discurso religioso en un contexto polarizado donde el Otro, el adversario político es considerado enemigo, tiene en Venezuela un importante asidero: la fuerte implicación emocional e identificación con Hugo Chávez; líder y pueblo unidos en una lucha común por el reconocimiento, en la búsqueda de inclusión de masas desfavorecidas económica, social, cultural y políticamente durante décadas.
Este llamado Populismo radical asociado a la glorificación discursiva del pueblo y a la convocatoria a su participación política, propone transformar la desprestigiada, excluyente y represiva democracia representativa en una democracia participativa y protagónica.
Por otra parte, indicó, “constatamos el imaginario redentor de las tres divinas personas que continúa reconstruyendo y reforzando el poder en Venezuela: Virgen de Coromoto, Bolívar y Pérez Jiménez, en el ideario nacional de los tiempos de la dictadura; el de Cristo, Bolívar y Chávez en tiempos de la Revolución Bolivariana”.
Lo que queda es profundizar la democracia desde el respeto irrestricto a la violentada Constitución Bolivariana de Venezuela. Y hacerlo en medio de una crisis política que el gobierno intenta superar sin reconocimiento ni diálogo con los representantes de la mitad del país, que votó en su contra en las elecciones del 14 de abril, despreciando y reprimiendo a partidos, gremios, sindicatos y organizaciones sociales que reclaman sus derechos en medio de estas dificultades.
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