• El debate en el Congreso estadounidense será definitivo frente al peso del sufragio de los hispanos en las elecciones de 2012, casi 10 por ciento de la votación general, en una nación en la que sólo la mitad del padrón electoral participa en los comicios, señaló David Maciel, de la Universidad de California en Los Ángeles
• El Partido Demócrata y la Presidencia de ese país requieren un posicionamiento firme de México, a fin de que esta modificación se dé en los mejores términos, consideró José Luis Valdés Ugalde, investigador del CISAN de la UNAM
• El Partido Demócrata y la Presidencia de ese país requieren un posicionamiento firme de México, a fin de que esta modificación se dé en los mejores términos, consideró José Luis Valdés Ugalde, investigador del CISAN de la UNAM
La relevancia del voto latino en el proceso electoral de 2012 es la razón principal de la reforma migratoria que se discutirá en el Congreso estadounidense. Es inevitable, porque diversos sectores están a su favor por cuestiones políticas, económicas o sociales, aseguró en la UNAM, David Maciel, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Por presiones de diversas organizaciones y grupos, podría estar lista en un año, después de que la comisión de ocho senadores (cuatro del Partido Demócrata y otros tantos del Republicano) presenten el proyecto respectivo y sea debatido y votado en el Senado y la Cámara de Representantes, y se den el concilio, el acuerdo parlamentario y la aprobación presidencial.
El experto, que será profesor visitante por la Comisión Fulbright en el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de esta casa de estudios, expuso que la iniciativa podría incluir los temas de visas temporales, otorgamiento de residencia y ciudadanía, y la legalización de los dreamers, jóvenes inmigrantes indocumentados que crecieron en la Unión Americana y no pueden ejercer sus derechos por su situación de estancia ilegal, puntualizó al impartir la conferencia El voto latino y la reforma migratoria.
Relevancia creciente
En la Sala de Seminarios de la entidad universitaria, el académico de la UCLA subrayó que la población latina en la Unión Americana es de 53 millones de personas, cifra que se duplicará en 20 años. Entre 11 y 12 millones son indocumentados.Su crecimiento demográfico supera al de anglosajones, afroamericanos y asiáticos, lo que explica su participación creciente en la vida económica, política, cultural y académica.
Esto no representa ninguna ventaja. Para esta población, el acceso a la salud, instrucción bilingüe y educación superior se limita por el recorte a los apoyos. Además, las oportunidades laborales son escasas y persisten la violación de sus derechos humanos y civiles, problemas de racismo, discriminación y género, puntualizó.
En las elecciones más recientes, el sufragio latino fue determinante, al significar cerca del 10 por ciento de la votación general, en un país en el que sólo la mitad del padrón electoral participa en los comicios, dijo.
Actualmente, el Senado de EU está en manos de los demócratas por el voto hispano, decisivo en Nevada, Colorado y Nuevo México. En este contexto, distintos sectores, como el religioso, sindical y la clase política, coinciden en la importancia de que la Unión Americana cuente con una reforma migratoria, subrayó.
Postura firme
Al respecto, José Luis Valdés Ugalde, investigador del CISAN, consideró que el gobierno mexicano debe asumir un papel proactivo en la discusión de la iniciativa en el Congreso estadounidense. “De esto dependerá, en buena medida, la política exterior del país frente al vecino del norte”, sostuvo.México tiene la capacidad legal, política y legítima de vincularse con migrantes que apelan por la nacionalidad estadounidense; asistir en los casos donde existe desconocimiento de los procedimientos necesarios para optar por ésta, y para cabildear, con cautela y diplomacia, en el proceso.
El Partido Demócrata y la Presidencia de Estados Unidos requieren un posicionamiento firme de nuestro país para salvar los obstáculos que se presenten en el debate, a fin de que la reforma sea posible en los mejores términos para los latinos, concluyó.
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